Es aquella situación en la que se ha producido el desgaste del cartílago articular con la consiguiente destrucción de la articulación de la cadera. Produce inicialmente una limitación de la movilidad de la cadera, sobre todo de las rotaciones y de la flexión, la cual termina por limitar actividades cotidianas como calzarse los zapatos o estar sentado en sillas bajas. El dolor, habitualmente inguinal, puede ser también en la nalga o en la zona lateral de la cadera, y es frecuente que se irradie hasta la rodilla, pudiendo en ocasiones ser ese dolor de rodilla el síntoma predominante.
Una vez que la medicación y las medidas conservadores no controlan el dolor del paciente, el tratamiento habitual es quirúrgico, mediante la implantación de una prótesis total de cadera. En nuestro centro empleamos únicamente prótesis de primera línea y de probada eficacia clínica, de las mejores marcas a nivel mundial. La elección del modelo concreto de prótesis se realiza de forma individualizada en función de la edad, deformidad anatómica y expectativas de uso de cada paciente, seleccionando del mismo modo la vía de abordaje más apropiada para cada paciente.
En casos seleccionados, y habitualmente en pacientes jóvenes, en los que deseamos retrasar la cirugía protésica al máximo, en nuestra clínica realizamos tratamientos pioneros mediante la inyección intraarticular de factores de crecimiento plaquetarios (PRP), células madre, ácido hialurónico y colágeno, como ejemplos, para mejorar temporalmente la situación de la articulación y así poder controlar y disminuir la sintomatología dolorosa del paciente.