Se trata de la situación contraria a la displasia de cadera, en la que el acetábulo de la pelvis es excesivamente profundo y cubre en exceso la cabeza femoral. Con el tiempo se desarrolla un choque fémoroacetabular tipo PINCER, por la sobrecobertura, con la consiguiente lesión del labrum acetabular y subsiguientemente del cartílago acetabular. Por ello es una de las causas de artrosis de cadera del adulto joven, con gran limitación de la movilidad de la articulación de la cadera y dolor.
El tratamiento de las formas más leves (coxa profunda) y en las fases iniciales, puede realizarse mediante cirugía artroscópia de cadera para reducir la sobrecobertura acetabular y permitir una mejor biomecánica de la articulación, que nos retrase la evolución a una artrosis de cadera, y mejore el arco de movilidad de la articulación.
En aquellas formas intermedias, más evolucionadas, pero en las cuales la cirugía artroscópica de cadera no tiene un papel claramente beneficioso, las inyecciones intraarticulares de factores de crecimiento plaquetarios (PRP), de células madre derivadas de la grasa, de colágeno o ácido hialurónico son un tratamiento satisfactorio para controlar los síntomas, especialmente el dolor, si bien no va a mejorar el arco de movilidad de la cadera.
En las formas más severas, y sobre todo con cambios degenerativos ya establecidos, la implantación de una prótesis total de cadera (PTC) será el tratamiento de elección, eliminando el dolor y recuperando un arco de movilidad normal.