Sustitución protésica total de rodilla
La articulación de la rodilla está formada por tres partes: los cóndilos femorales, la meseta tibial y la rótula. Cuando tenemos la rodilla sana, el cartílago que recubre los componentes se encuentra liso, suave y permite los movimientos sin dolor. Cuando la articulación enferma, los cartílagos se deterioran y el paciente comienza a sentir dolor, rigidez y limitación funcional, disminuyendo la calidad de vida.
Diferentes enfermedades producen este deterioro articular, siendo las más frecuentes la artrosis, enfermedades reumáticas como la artritis reumatoidea, la espondilitis anquilopoyética, etc.
La sustitución total de rodilla consiste en la sustitución de la articulación de la rodilla, que ha sufrido un desgaste importante, por una prótesis.
Beneficios de la intervención
Esta prótesis va a permitir recuperar el normal funcionamiento de la rodilla, eliminando el dolor intenso que sufren estos pacientes tanto al caminar como en reposo. De este modo el paciente va a poder recuperar la calidad de vida perdida y volver a caminar con normalidad.
La Artroplastia total de rodilla es una de las intervenciones quirúrgicas con más éxito de la historia de la medicina, porque el 95 % de los pacientes consiguen resultados de buenos a excelentes, y la tasa de supervivencia de la prótesis convencional es del 94 % a los 10 a 15 años.
El éxito de la cirugía pasará necesariamente por la labor del paciente de hacer ejercicio, teniendo en cuenta las precauciones recomendadas para su rodilla, sin olvidar el tener un estilo de vida sano.
Descripción técnico-médica
Hoy en día existen diferentes modelos de prótesis de rodillas. Cada tipo de prótesis se ajusta a unas necesidades y a un tipo de paciente concreto, y es por esto que el tratamiento de cada paciente es individualizado, implantándole la prótesis que mejor se ajusta a sus necesidades. A modo de resumen, los diferentes tipos de prótesis disponibles en la actualidad son:
- Prótesis total de rodilla primaria: tras resecar las zonas enfermas del fémur, de la tibia y de la rótula artrósica, se implantan dos o tres componentes, uno en la tibia con un vástago central que se introduce en la tibia, otro en el fémur que sigue la forma aproximadamente de la parte distal del fémur y que posee unos pivotes para mejor sujeción al hueso y si así hace falta también uno en la rótula, con forma esférica para articular con el fémur y una superficie plana con pivotes para anclarse al hueso. Las prótesis se unen al hueso mediante cemento óseo. Es el tipo más utilizado en la actualidad en pacientes activos, ofreciendo al paciente la mayor movilidad con una estabilidad adecuada de la rodilla. Los materiales que componen la prótesis garantizan una gran duración de los implantes.
- Prótesis unicompartimentales: en estos casos sólo se recambia una zona de la rodilla. Las hay de diversos tipos:
Prótesis unicondílea de rodilla: si la enfermedad afecta sólo a un compartimento bien al interno o al externo, estas prótesis permiten una cirugía más económica, más conservación de hueso y una más rápida recuperación.
Prótesis rotuliana: cuando la enfermedad afecta fundamentalmente a la articulación fémoro-rotuliana es posible el recambio exclusivo de esta zona enferma. - Prótesis de Revisión: cuando se requiere cambiar una prótesis primaria ó cuando hay una gran deformidad.
Existen componentes cementados y no cementados que se indican según la morfología de la rodilla a tratar y la calidad de su densidad mineral ósea, la edad del paciente, etc.
La intervención
El recambio protésico total de rodilla se realiza en quirófano. La duración habitual de esta intervención es de una hora, si bien el paciente permanece en el quirófano y la sala de despertar entre 3 y 5 horas. El paciente estará hospitalizado entre 3 y 4 días.
Medidas preoperatorias
- Valoración previa en consulta, decidiendo y exponiendo los aspectos concretos de la intervención y entregándole el consentimiento informado.
- Deberá aportar una lista exhaustiva de los medicamentos que se toma de forma habitual (incluyendo las plantas medicinales) en el momento de la operación.
- Realización de un estudio preoperatorio completo con pruebas de laboratorio, ECG y estudios de Rayos X.
- Deberá cortarse las uñas de los pies, porque no le será posible hacerlo hasta 12 semanas después de la operación.
- Debe planificar su convalecencia en casa para después de la cirugía. Busque ayuda familiar, vecinos, asistencia social para que le hagan las compras, le aseen, le hagan la comida, etc.
- Consiga un taburete alto o una silla para la cocina y el baño, así como un suplemento para el WC. Los asientos deben ser altos con el fin de que sus rodillas no estén más altas que sus caderas.
- No beba alcohol ni fume 48 horas antes de la cirugía.
- Si la cirugía está programada por la mañana, debe acudir en ayunas al hospital. Si es por la tarde, desayune temprano y no tome alimentos sólidos ni líquidos a partir de las 9 horas.
- No debe llevar ningún objeto metálico durante la operación (anillos, pulseras, pendientes, piercing, etc.)
Cuidados postoperatorios
- Se le colocará un vendaje elástico compresivo, que puede mantenerse mientras se encuentre en cama. Los drenajes se le retirarán al día siguiente de la cirugía. En los días siguientes se empleará una media elástica de compresión hasta el muslo, que se debe mantener al menos durante 3 meses.
- La movilización se inicia desde el primer día. La carga puede limitarse hasta un 50 % durante las primeras 6 semanas hasta que comience la osteointegración en las artroplastias no cementadas, ó será completa en las cementadas.
- Recibirá profilaxis antitrombótica y antibiótica.
- Precisará, primero, de un andador, y posteriormente de unos bastones ingleses.
- Al cabo de 6 semanas se instauran ejercicios de fortalecimiento de la musculatura abductora. Se suele lograr un arco de movilidad completo en las 6 u 8 semanas siguientes a la Cirugía habitualmente.
- Después del alta, debe contactar con nosotros si tiene dolor en el pecho o dificultad al respirar; dolor, hinchazón o enrojecimiento en alguna pierna; dolor repentino en la rodilla operada; o procesos febriles y escalofríos.