Las más frecuentes son las de los ligamentos (esguinces), en especial las del lateral externo, muy frecuente en baloncesto y fútbol. Un 20% de los esguinces se hacen crónicos dando lugar a inestabilidad (fallos continuos y esguinces de repetición) que con el tiempo pueden degenerar en artrosis de tobillo. Inicialmente son tratados mediante tobilleras o vendajes funcionales, seguidos de un completo programa de rehabilitación. En caso de no mejorar, realizamos una atroscopia para buscar y tratar lesiones intraarticulares asociadas como el “impingement” (pinzamiento) de partes blandas u óseo, sinovitis, lesiones de cartílago (osteocondritis), de otros ligamentos, o cuerpos libres. Posteriormente a la artroscopia, y en el mismo acto quirúrgico, se realiza un retensado o reconstrucción de los ligamentos. Las lesiones de los tendones peroneos (tendinitis, roturas) se asocian con frecuencia a los tobillos inestables y deberían ser tratadas al mismo tiempo que las lesiones de los ligamentos.
Las lesiones osteocondrales del astrágalo son tratadas por artroscopia, salvo las de mayor tamaño que pueden precisar de trasplante osteocondral (mosaicoplastia).
A muchas de estas cirugías, se les asocia el aporte de factores de crecimiento con el fin de conseguir una más rápida recuperación de los tejidos lesionados.